Trilla. Acuarela 50x35
La trilla era un trabajo muy laborioso. Quemaba hasta el aliento. La siega del trigo se hacía con una hoz corta y curva con empuñadura de madera. Los dedos de la mano izquierda se protegían con unos dedíles de cuero. Otros llaman deíles. Los encorvados y sudorosos segadores bebían agua cada dos por tres para refrescarse. Cada cierto tiempo echaban un cigarrillo para descansar y estirar el espinazo. Con manojos de tallos de trigo se hacían los vencejos para atar las gavillas. Después, tenía lugar la barcina para transportarlas a la era. A las parvas acudían muchos labradores a ayudar. Unos hacían el trabajo a torna de peón, es decir, hoy por ti y mañana por mí, para que no corriera el dinero. Las coplas afloraban en estos rudos quehaceres.
Terminada la faena en la era comunal, el fruto era acarreado a los atrojes de la casa en sacos y costales y la paja en herpiles. En los días de parva, por la mañana se solía tomar aguardiente, un trozo de tocino con magro y bacalao con tomate. Al medio día, entre sudor y picores, le tocaba el turno al cocido de garbanzos con huesos de espinazo y carne de jamón, habichuelas, patatas y, para refrescarse, gazpacho o pipirrana.
Hoy en dia solo queda la fiesta testimonial, ya no hay apenas trilla todo es muy diferente. Este mi homenaje a todos estas personas que nos adelantaron en el tiempo y que nos han proporcionado algun granito de lo que hoy somos.
Como fin de esta temporada estival de descanso casi total y como preludio de otros trabajos que espero os gusten.
Saludos,